1200 thorns & one rose †: .

¡Qué llueva!, ¡qué siga lloviendo!;

que se haga la noche y con su manto llene de luces celestiales el lóbrego cielo. Que suene la caja musical de la infancia y dejemos que nuestros oídos viajen a través de los recuerdos, que fluyan en la melodía. Ven conmigo, corramos como dos chiquillos de la mano, cantémosle una nana a la bella luna que reluce sobre nuestros pies, toquemos su deslizante piel de plata con los dedos.

¡Qué llueva!, ¡Qué siga lloviendo!;

Juguemos a pisar nuestras sombras, a hacerlas bailar al son de la lluvia y después, dejémoslas atrás y que nos dejen todos por una vez solos. Hagamos de palabras tristes varios hilos de seda, fabriquemos cometas y soltémoslas al estrellado cielo.

¡Qué llueva!, ¡Qué siga lloviendo!;

Corramos y tropezemos riendo a la tierra encharcada, hagamos de las hiedras de los árboles mecedores, balanceémonos sobre los hermosos rosales y sintamos esa sensación de cosquilleo, de poder llegar al cielo..

¡Qué cese la lluvia!, ¡Qué salga el arco iris!;

y con él que se fundan nuestros labios hasta que la lluvia tiña otra vez el cielo con sus lágrimas de felicidad.

Cristina Prior ~

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miércoles, 6 de julio de 2011

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